martes, 30 de junio de 2015

Seguimos con el problema del Neo liberalismo

AQUÍ TODAVÍA SEGUIMOS CON EL PROBLEMA DEL NEOLIBERALISMO


Nuevamente se continúa editorializando sosteniendo que el Estado no debe tener empresas. Esto ya está demostrado que corresponde a una visión obsoleta de hace cerca de cincuenta años. En realidad resulta risible encontrar este pensamiento en pleno siglo XXI.

Aquí se sigue postulando de modo permanente y en forma reaccionaria que el único que puede tener empresas es el sector privado. Se postula que solo el sector privado debe tener riesgos. Se sostiene que el Estado, como no trabaja sino con el dinero de todos, está impedido de tener riesgos. Nuevamente este es el pedido del defensor del ultra neoliberalismo. Todas las propuestas de este tipo lo único que buscan es la defensa de que el sector privado es la panacea y que ahí se encuentra la llave del desarrollo.

La politóloga Belga Chantal Mouffe en recientes declaraciones sostiene:

En un mundo multipolar, la democracia no puede ser un modelo único, exportado desde Europa y Norteamérica al resto del mundo. “Hay que aceptar que va a haber distintas formas de democracia, que corresponden a su adscripción en distintos contextos históricos”.  Mouffe reivindica las experiencias democráticas latinoamericanas, en las que observa no un rechazo al modelo liberal-democrático occidental, sino una rearticulación de esas tradiciones pero “con predominio de la soberanía popular”.

1.    EL NEOLIBERALISMO: ¿Cuándo surge esta corriente?


Surge en los años 70s a raíz de la crisis en que se encuentra la economía a nivel mundial. En estos años se pone fin a la etapa de crecimiento económico que se había registrado a partir de la II guerra mundial. Esta crisis se agravó con la subida del precio del petróleo en el año 1973.

¿POR QUE SE LE LLAMA NEOLIBERALISMO?
Neo, quiere decir nuevo y Liberalismo se refiere al pensamiento que sirvió de base al capitalismo desde sus inicios y que está basado en el individualismo y la libertad de empresa. Se le denomina nuevo, porque resurge después de aproximadamente 40 años en los que se practicó otro tipo de política económica en la que es Estado intervenía de manera considerable en todos los ámbitos de la economía, inspirados en la teoría keynesiana.

El neo liberalismo interpreta la actual crisis económica como el resultado de la excesiva interven-ción del Estado en la economía practicada desde la crisis mundial de los años 30s. En estos años se creía que con la intervención del Estado en la economía se evitaría una nueva crisis, pero esto no sucedió, y ante el surgimiento de la crisis iniciada en 1970, los neoliberales sostienen que: “La crisis es culpa de la intervención del Estado en la economía”.

2.    Objetivos

Este pretende que la empresa privada retome las riendas de la economía que le habían sido arre-batadas por el Estado. Para ellos el Estado solo sirve para perturbar el orden natural de las leyes del mercado, el cual es capaz de regularse a sí mismo.

Las soluciones que proponen los neoliberales son: Privatización y liberalización de la economía; y desaparición de: Programas de seguridad social, programas de construcción de viviendas por el Estado, leyes del salario mínimo, legislación a favor de los sindicatos, impuestos a las importaciones, controles de precios, subsidios y otros.

El principal objetivo para el neoliberalismo es la maximización de las ganancias de los empresarios privados. Y a este criterio están sometidas todas las necesidades sociales. Para esta corriente la satisfacción de las necesidades sociales no cuenta, lo que cuenta es el lucro.

Para ellos el mercado lo puede todo. En este sentido hay una absolutización del mercado y no se toma en cuenta que el mercado dejado a su libre juego no es capaz de garantizar la satisfacción de las necesidades fundamentales de toda la población.

El libre comercio es una posibilidad de la que sólo pueden gozar aquellos que tienen con qué. Quien tiene dinero para comprar un bien puede escoger a quién se lo compra. Quien tiene dinero para pagar a un trabajador, puede escoger a quién contrata. Pero quien tiene la necesidad de trabajar para ganar lo mínimo indispensable para sobrevivir, no se puede dar el lujo de escoger, tiene que aceptar cualquier trabajo. Tampoco puede escoger lo que comerá, porque sólo podrá pagar hasta donde le alcance.

Una persona sólo será más productiva en la medida en que mejore su salud y su educación. Si la manera de acceder a estos servicios es pagando por ellos, ¿cómo podrá una persona que ha nacido en un hogar pobre mejorar su nivel de vida? De allí que es “salvaje” pretender que sólo aquellos que pueden pagar reciban salud, educación y otros bienes indispensables, porque simplemente esto violenta la dignidad humana.

Los mismos que tanto hablan en contra de la intervención del estado en la economía son los mis-mos que sostienen que debe existir un aparato fuerte en el sentido de tener capacidad de reprimir y someter a todos aquellos que cuestionen los programas neoliberales y sus efectos.

Los que subsisten son los fuertes, las grandes empresas, los que tienen capacidad de sacar la economía de la crisis. A esto es lo que se llama el darwinismo social, o sea, la ideología que defiende el imperio de la ley del más fuerte, la ley de la selva.

Estas medidas pretenden reducir la intervención del estado en la economía a través de: liberalización de precios, liberalización del comercio exterior, privatización de los bancos, privatización de los servicios públicos, privatización de las empresas productivas que son propiedad del Estado, rebaja de los impuestos a las importaciones.

Estos programas también llevan a incrementar la concentración del ingreso en manos de los sectores económicamente más poderosos, arruinando a la micro y pequeña empresa a la que consideran condenada a desaparecer.

3. Consecuencias

La pobreza y su reducción están determinadas por el actual modelo neoliberal y por ello el crecimiento no ha favorecido a los más necesitados. El modelo neoliberal, privatizando los servicios públicos sin un control riguroso confiando en reformas tributarias regresivas, desprotegiendo industrias nacionales intensivas en mano de obra apostando por mayor eficiencia en detrimento de la equidad, convirtiendo la estabilidad de precios en el máximo objetivo de la política económica -donde competitividad significa bajos salarios-, ha puesto al interés privado por encima del interés general. Ha acentuado la desigualdad y provocado más pobreza.
Nuestros políticos usaron el término “hemos apostado al neoliberalismo”, pero ocultando que más que apostar tienden a sujetarse a políticas diseñadas por el BM o el FMI. Un ejemplo directo es la actual situación financiera griega.

La estrategia del achicamiento del Estado lleva a la apertura económica. La orientación ya no es hacia adentro, sino al contrario, se impone una orientación hacia fuera. Sin embargo se ha com-probado que ni la mayor apertura del mercado, ni la “orientación hacia afuera” de la economía están asociadas con un mayor crecimiento.

Evidentemente la estrategia contiene un interés específico. No es dar un mayor crecimiento, sino permitir la participación de otros actores internacionales en la escena económica de un país. Una vez que el Estado se retrae en la conducción de la economía nacional, la fuerza del mercado crece y se pueden fomentar empresas cuyo principal motor sea la prosperidad econó-mica de los agentes privados. Pero la realidad es que cuando el estado no interviene, los índices de pobreza aumentan, la mano de obra se abarata y como dicen los neoliberales, el mercado se “ajusta”.

En este sentido, son valiosas las consideraciones que hace Juan Pablo II en sus encíclicas Laborem exercens y Centesimus annus, en donde también califica al capitalismo de “salvaje”, mucho antes de que el concepto se pusiera de moda en nuestro país.

El Papa plantea la dignidad del trabajo humano, el cual no puede ser visto simplemente como una mercancía a ser vendida o pagada, o como una manera de mejorar la productividad y de reducir costos, sino que tiene que ver directamente con el desarrollo pleno del ser humano y con su esencia.

En la tarea del neoliberalismo el primer paso consistió en domesticar a los sindicatos con el objetivo de empobrecer al mundo del trabajo y quitarles el poder que antes habían adquirido.

El segundo aspecto fue el llamado “salario social” que era el que garantizaba el Estado. Prácticamente este está desapareciendo a gran velocidad con el argumento de que no hay dinero.

Como vemos, el neoliberalismo lleva al desastre económico y social, como ya lo estamos sufriendo en la actualidad. Al no tener un contrapoder y considerarse un modelo único y perpetuo, se irá mostrando cada vez más regresivo y represivo y donde la democracia será un adorno justificativo. La economía crece, pero la situación de la mayoría social no ve mejorar su situación en igual medida.

Ahora bien, cuando abandonamos el plano particular y vemos al mundo en su conjunto, nos damos cuentas que las leyes del capital generan las mismas injusticias, pero en el plano de las naciones. Peor que esto, es ver que en los países en los que se han aplicado las fórmulas neoliberales, no sólo los resultados macroeconómicos no han sido, a la larga, los esperados, sino que además, en el plano social, estas recetas lo que han logrado es profundizar mucho más las inmensas brechas que existen entre ricos y pobres.

Pero, además de todo, está el problema de la apropiación indebida de los bienes colectivos, como es el caso de la tierra y del ambiente. Dentro de este esquema económico, la tierra deja de ser el sitio en donde se nace y se vive y del cual se extraen los alimentos, para convertirse en un elemento más de la cadena de producción. Con el medio ambiente sucede peor.

La propuesta del neoliberalismo es sencillamente un “sálvese quien pueda”. Obviamente, en una situación así, cualquiera se vuelve un “salvaje”.


Ver: La Republica: Los ricos nos impiden crecer más.

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